EL LOCO
Como un loco ando por el mundo.
Caminando, rodando, andando…
No sé bien a donde voy, pero mi instinto me guía a avanzar…
Soy distópico en el arte de vivir.
Nadie me comprende, pero todo sigue igual de bien.
No saben que esta locura alberga la mayor creatividad.
Lo que puede salvar al mundo anida en mí.
Pero no estoy seguro de que puedo hacer con él.
Por eso sigo diferente a los demás.
Pero ellos no saben que una parte de todo está dentro de mí.
El Loco, ese personaje al que no se le puede definir. No le damos forma, pero la tiene. No tiene ritmo, y ese es su ritmo. Puede ser todo, pero puede ser nada. No se encasilla ni se establece. No tiene un patrón porque no sigue reglas, al menos aparente. Surge por oposición. Está en el aire, en el agua, es fuego y es materia. Se disuelve en la multitud, pasa desapercibido porque nadie quiere aceptar que es parte de la comunidad. Aislado, solitario, solo habla consigo mismo. Pero ve la vida con ojos de color. Siente diferente, se manifiesta distinto. Su mirada busca un ideal, que ni el mismo sabe bien qué es. Juega ser Dios y a veces es el Diablo. Se anima a lo que nadie es capaz de hacer, seguir sin saber a dónde ir. El Loco está solo, pero lleva lo necesario. Su fuerza espiritual es tan grande que pierde la noción. Saber tanto de la vida vuelve loco a cualquiera. El Universo es tan vasto que no entra en las razones humanas, por eso el Loco es loco. Sin humor no puede procesar lo que sabe, siente, ve, piensa. Se da cuenta que la vida es magia pura y entiende que es un desperdicio apegarse a lo mundano. Por eso camina, para ver las maravillas en todos lados, todo le asombra, todo lo convierte en portador del secreto de la vida. Sabe que su cuerpo es etéreo. No encaja en ningún molde, y esa es su mayor cualidad. El sentido de todo se ubica en tiempo presente, en el instante que vive, sabe de la relatividad del tiempo. Si aceptáramos a este Loco, lo distinto ya no sería un problema. Este personaje es algo nuestro, es algo que nos distorsiona el plan, pero ¿Por qué todo tiene que ser un plan cuando al final no podemos controlar nada? Vivimos insatisfechos por seguir buscando ese imposible. La felicidad está más cerca del Loco que de cualquier otra carta, y tal vez porque él no se preocupa por lo que no puede manejar, simplemente lo vive.