La vida tiene un sinfín de colores y nuestra misión es explorar ese potencial. Abrir el abanico de posibilidades, porque en el se encuentra el tesoro escondido, así como la olla llena de oro al final del arcoiris. Lo paradójico de él, es que no sabemos ni dónde empieza, ni dónde termina... Y cuando creías que estaba en un lugar, desaparece o se mueve y está en otro... Cómo la vida... Y ser flexibles a ella es lo que dirime el destino... La dirección del camino no es más que lo que decidamos transitar...
Se abren colores, se bifurcan los espacios y abrazar lo que viene y es posible, es el camino de lograr los anhelos del corazón. Eso al final es seguir el ritmo de la vida. Esta foto, tomada por mi hace unas horas, me hizo acordar al 10 de Copas del Tarot Rider Waite. Todo es posible en la medida que aceptemos con alegría, que si bien puede llover, luego sale el sol. Es un recordar que después del diluvio, siempre hay redención y la felicidad es vivir al ritmo del corazón... Ser feliz se encuentra en ámbitos familiares, en ámbitos cotidianos. Y el potencial de los sueños se despliega cuando nos permitimos y nos abrimos a toda oportunidad que se nos presenta. Todo comienza en un tiempo y en un lugar determinado... Y de ahí en adelante todo lo demás 🩷
El año pasado en Bariloche, tuve un Dejavu que me decía "seguí el arcoiris"... Quizás esto hoy es la respuesta a la incomodidad de estos tiempos... A la incógnita del porvenir... O solo quizás es un hermoso regalo del cielo que me invita a ver la inmensidad del universo... (Foto y escrito en Diciembre 2023)
